Beneficios para la Comunidad

Las designaciones de conservación, como las Zonas Nacionales de Conservación y los Parques Naturales, no sólo preservan los valores históricos y culturales y los objetos del paisaje, sino también el hábitat natural y la conectividad de los que depende la vida salvaje para sobrevivir. Las designaciones de conservación también ofrecen beneficios inmediatos y duraderos para la economía y la calidad de vida de las comunidades locales.

Las designaciones de conservación garantizan que terrenos públicos como estos sigan siendo públicos, que no se vendan (o "enajenen", en términos gubernamentales) para el desarrollo privado. Aparte de las evidentes ventajas de dar prioridad al hábitat y a la naturalidad frente al hormigón, esto también garantiza que estas zonas sigan estando disponibles para el disfrute de los residentes locales y los visitantes.

Dado que las designaciones de conservación ofrecen protección de los hábitats y acceso público continuado, a menudo son buscadas por personas que desean disfrutar de oportunidades recreativas dependientes de la naturaleza, como la observación de aves, la observación de la vida salvaje, el senderismo y la acampada en el interior, oportunidades de caza de calidad, fotografía de la naturaleza y mucho más. Los recreacionistas gastan dinero en sus aficiones recreativas: compra de equipo en tiendas locales, estancia en moteles, comidas en restaurantes y patrocinio de otros negocios locales.

En el caso del Great Bend of the Gila, las designaciones de conservación también tienen una finalidad de seguridad nacional. El Barry M. Goldwater Gunnery Range (BMGR), un activo nacional para el entrenamiento de pilotos militares, es adyacente al Great Bend of the Gila. También es el mismo tipo de hábitat que sustenta las mismas especies de fauna silvestre. En otros lugares en los que esto ha sido así, el desarrollo de terrenos no pertenecientes al Departamento de Defensa (DoD) ha provocado problemas de "refugio de último recurso", ya que los terrenos militares se convierten en el último hábitat natural que queda y, por tanto, en el único hogar para las especies que dependen de ese hábitat. Esto ha dado lugar a un aumento de las responsabilidades de gestión de especies amenazadas y en peligro de extinción para el DoD. Es lo que se llama "riesgo de invasión" de una instalación militar.

Tenemos la oportunidad de evitar ese futuro problema conservando tipos de hábitat similares en terrenos públicos federales cercanos. La propuesta del Gran Recodo del Gila beneficiaría la preparación militar y la seguridad nacional al disminuir significativamente ese riesgo de invasión para los BMGR de dos maneras: en primer lugar, protegiendo importantes hábitats y corredores de conectividad para reducir la presión de que los BMGR satisfagan esas necesidades; y en segundo lugar, protegiendo contra el desarrollo que podría afectar negativamente a las operaciones militares mediante la creación de zonas de evitación, así como limitando nuevos peligros de colisión o estructuras que interfieran con los sensores militares.

Imagen de cabecera: Dawn Kish